miércoles, 13 de junio de 2018


Situación de la Educación en El Salvador
Profesor Rudis Flores
Universidad de El Salvador
Contexto histórico de la sociedad salvadoreña

Una mirada histórica sobre las condiciones materiales de vida de la población salvadoreña se fundamenta en la propiedad colectiva de los  medios de producción y la distribución equitativa de los bienes comunes, que se heredan y se transmiten de generación en generación, lo cual como diría Durkhein, nos lleva a comparar sociedades atrasadas donde existían fuertes estados de conciencia colectiva, con una solidaridad mecánica y las sociedades modernas  donde la organización de la producción  se da a partir de la división social del trabajo generando contradicciones profundas que marcan el surgimiento de la propiedad privada, las clases sociales y comienza una lucha de clases entre los dueños de los medios de producción y los trabajadores  que se convirtieron en esclavos.
La inserción de la burguesía salvadoreña en las nuevas relaciones capitalistas a nivel mundial pos independencia, los  obligaban asumir similares mecanismos de acumulación como los utilizados en el caso ingles durante los siglos XIV al XVI, que comprendían la depredación de los bienes eclesiásticos, la enajenación de los bienes fraudulentamente por parte del Estado, el saqueo de las tierras comunales, convirtiéndose este último en el elemento central para el cual se emitieron una cantidad de leyes agrarias.
Estos procesos de expropiación de la tierra a los campesinos, condujeron a luchas históricas que se reflejaron en momentos de mayor intensidad como los hechos de 1832 y 1932, este último, donde se masacro a más de treinta mil indígenas quienes reclaman un derecho que se les arrebato desde los procesos de descubrimiento y colonización.
Esta realidad histórica, también está plagada de acontecimientos económicos, políticos, sociales; el militarismo jugo un papel trascendental, la dictadura militar como forma de Estado, se fundamentó desde 1931, en una alianza entre una fracción ultraderechista de las Fuerzas Armadas y la Oligarquía. En el transcurso de más de medio siglo esta alianza produjo cerca de 150 mil víctimas  como producto de la violencia armada directa y cientos de miles a causa del hambre y las enfermedades; sufrió altibajos provocados por la lucha popular como factor determinante y como consecuencia, por la emergencia coyuntural de otra fracción de las clases dominantes y grupos de militares democráticos que intentaron desplazar a la fracción de la oligarquía que detentaba la hegemonía, pero sin poder cambiar el carácter oligárquico del régimen.[1]
La guerra civil se inició en la segunda mitad del siglo XX, en enero de 1981 cuando el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional emprendió una ofensiva general contra la dictadura militar y el régimen oligarca. Las condiciones políticas y económicas del país propiciaron un proceso de acumulación de fuerzas revolucionarias, políticas y militares durante la década de los 70s y 80s que permitió el surgimiento de las cinco organizaciones que pasarían a conformar el FMLN[2] generando un proceso de guerra de guerrillas y generalizando la lucha de la ciudad al campo.
En la década de los 80s la guerra de guerrillas se expandió por todas las ciudades, y la acompañaba  el  movimiento de masas con capacidad de librar las batallas en las fábricas, las calles, barrios y colonias permitiendo cualificar la lucha revolucionaria, alcanzando un equilibrio militar, que políticamente significo la existencia de un doble poder, convenciendo a los norteamericanos de la necesidad de negociar el conflicto ante la incapacidad de FAES de derrotar militarmente a un ejército guerrillero de tres mil combatientes. 

Educación y modelos económicos
Si bien la educación por sí sola, no puede concebirse como motor de cambio, porque desde la realidad educativa no se es capaz de transformar las condiciones de explotación y las injusticias que vive la sociedad capitalista, más, sin embargo, es un elemento fundamental para alcanzar el desarrollo económico y social.
En El Salvador, su modelo educativo tiene un carácter preponderante en un momento histórico de desarrollo del capitalismo, este reproduce sus valores, justifican y defienden a la clase dominante, teniendo la escuela una deuda en asumir la  responsabilidad de promover la justicia social y luchar por las condiciones de desigualdad, por lograr el desarrollo integral de la personalidad en su dimensión espiritual, moral y social, como lo establece el artículo N° 55 de la Constitución de la Republica.
 A través de la historia es posible verificar como la educación responde al modelo económico vigente, y las diferentes reformas educativas impulsadas en El Salvador ponen de manifiesto esa tesis, por ejemplo, la primera reforma educativa surgida en los años cuarenta, bajo la dictadura militar de Maximiliano Martínez, tenía como propósito la formación de una conducta en el estudiante que respondiera a las exigencias de la época con poca capacidad de asimilar la realidad. La reforma de los años sesenta tenía como sustento el modelo económico industrial que exigía mano de obra calificada para el desarrollo de toda la producción industrial, hacia a dentro y sustituir al de importaciones, en ese marco el sistema educativo se replanteo desde la educación Parvularia hasta la Superior.
Con la puesta en marcha del neoliberalismo, se generan cambios en la educación que responden al mercado y a partir de las medidas de reajuste estructural se deja de invertir lo suficiente en la educación, la empresa privada sostiene que debe asistir a la escuela solo el que tenga y pueda, se reducen los bachilleratos de tres a dos años con la intención de contar con abundante mano de obra, barata, para las transnacionales  que comenzaron a llegar al país producto de la expansión de los países ricos sobre los países pobres propiciando una especie de neocolonialismo que tiene como principios la explotación de  la fuerza de trabajo y la depredación de los recursos naturales.
La Educación y sus desafíos
La Educación en El Salvador hoy en día continúa presentando serias dificultades en relación a la calidad y a la pertinencia de los aprendizajes, situación que se manifiesta en los problemas de repitencia, ausentismo, deserción escolar y sobre edad. De igual manera los procesos de evaluación siguen mostrando la baja en los aprendizajes de las niñas y los niños.
Existe servicios educativos incompletos, que se manifiestan en la falta de infraestructura adecuada a las necesidades de las y los estudiantes, infraestructura dañada, falta de equipamiento y recursos tecnológicos, etc.  A esto se suman las limitaciones en débil rol social de la escuela y el débil trabajo con la comunidad y con los diferentes actores del territorio. El riesgo social al que se enfrentan la población a diario es de igual manera preocupante.
La formación del profesorado sigue siendo un desafío, las aulas continúan siendo espacios cerrados, con enfoques y metodologías tradicionales y con evaluaciones centradas en el número. Esta situación favorece las condiciones de exclusión, más que el acceso y la permanencia de las niñas y los niños y la población joven en los procesos educativos. Estas y otras problemáticas son los principales desafíos que hoy en día se ha planteado el gobierno de El Salvador, a través del ente rector de la educación.
El Ministerio de Educación se ha planteado la necesidad de la transformación, para la construcción de un nuevo Modelo Educativo que, fundamentado en los marcos normativos internacionales, nacionales y las necesidades que demanda la sociedad salvadoreña, concibe la Educación como un Derecho, como una necesidad y como un acto de Justicia.  Para ello ha diseñado el Plan Social Educativo “Vamos a la Escuela” que se fundamenta en los procesos de exclusión social al que se enfrentan los estudiantes. 
Uno de los aspectos claves a entender de la educación, son los avances que esta tienen en relación a los cambios tecnológicos, cada momento histórico de la educación nos impone retos. Recuerdo que trabajaba por el año de 1992, todavía finalizando el conflicto armando en El Salvador, como responsable técnico en educación de nueve comunidades con una ONG, en el norte de Morazán y San Miguel, donde impulsábamos la educación básica y la educación de adultos. Un elemento clave en este proceso era aprender haciendo, por ejemplo, trabajamos en la elaboración de maquetas con los niños sobre la representación gráfica de su comunidad y estas eran elaboradas con materiales específicos de la zona, con una botella representábamos el rio, con granos de maíz representábamos la producción y la construíamos en el suelo. Con el programa para educación de adultos, propuesto por Paulo Freire, no se podía enseñar si no gracias a la experiencia de los adultos en su comunidad y era muy efectivo.
Cito este ejemplo, porque hoy en día nos enfrentamos a los nativos digitales, procesos de formación virtual, avances agigantados de la ciencia y la tecnología, y aun cuando muchos de estos procesos son virtuales se hace necesario que los estudiantes produzcan conocimientos y los pongan en circulación y eso solo se logra haciendo. Nuestra tarea hoy debe fundamentarse en la mediación pedagógica a partir de la ecología de saberes, saber que nuestros estudiantes también saben y eso nos lleva a construir juntos.
Toda época como la actual exige procesos de producción de conocimiento mediante la formación profesional y procesos de gestión académica en momentos donde la comunicación genera procesos acelerados de información que provocan incertidumbre y desorientación inclusive en la educación superior. En el caso de la educación superior, la universidad bajo esta realidad debe plantear algunas ideas de como revertir el impacto provocado por el modelo neoliberal, debe formar nuevas generaciones con una visión de crear un nuevo orden sociocultural basados en los principios de la universidad, democrática, popular, libre y humanista, es importante aportar mediante la experiencia académica hacia una contribución científica, cultural y tecnológica al proceso de humanización desarrollo y calidad de vida en la búsqueda del bien común.
La universidad no puede seguir en un mundo asilado, valiéndose de su autonomía para no decir nada sobre los problemas más sentidos por la sociedad salvadoreña, los nuevos desafíos en los procesos educativos orientados al aporte de la sociedad no pueden seguir estancados en las universidades del siglo XIX, con profesores del siglo XX y con estudiantes del siglo XXI, influenciados por el desarrollo tecnológico que demandan de nuevos procesos de formación y que pasan por la actualización del conocimiento.

Referencias Bibliográficas
-       Boletín Venceremos, Documento de la Resistencia Salvadoreña. 1986 “Los Sectores Populares, tienen su opción, la opción de la Democracia, por el fin del militarismo, la opción Popular Democrática y Revolucionaria
-       Opiniones y Estudios Sociológicos http://opinionesyestudiossociologicos.blogspot.com/

Política Educativa: una mirara desde la Educación Inclusiva http://reflexionesactualeseducacion.blogspot.com/p/reflexiones-para-la-construccion-de-una.html                                                              


[1] Boletín Venceremos, Documento de la Resistencia Salvadoreña. 1986 “Los Sectores Populares, tienen su opción, la opción de la Democracia, por el fin del militarismo, la opción Popular Democrática y Revolucionaria
[2] El frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, (FMLN) se conformó de cinco estructuras político militares; El Ejército Revolucionario del Pueblo, (ERP), El Partido Comunista Salvadoreño (PCS), las Fuerzas Armadas de la Resistencia Nacional, (RN), Las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) y El Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos.

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