jueves, 18 de febrero de 2016

175 AÑOS DE VIDA DE LA UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR: ENTRE EL PASADO COMPROMETIDO Y EL SILENCIO DEL PRESENTE.

Rudis Yilmar Flores Hernández
Sociólogo, Profesor de la Universidad de
El Salvador, San Miguel, C.A
Correo: ryflores.ues@gmail.com
Me siento comprometido de escribir unas líneas en los 175 años de vida de la UES. Hablar de la Universidad de El Salvador en su pasado histórico nos lleva a establecer una línea de tiempo que permite aprehender  momentos de desarrollo científico y por consiguiente el acompañamiento en los procesos de lucha del pueblo salvadoreño.
Como no recapitular los aportes al desarrollo de la sociedad desde una postura comprometida en su pasado, aun en los peores momentos de las dictaduras militares, encontramos investigadores que sentaban posición frente a los viejos problemas económicos, políticos y sociales, con una producción de conocimiento crítico que reivindicaba la lucha de los movimientos sociales y que muchas veces lo pagaban con sus vidas.  
En su historia la universidad ha parido sus mejores hijos que a lo largo del camino abonaron a las transformaciones sociales del país, a muchos los vimos morir en el periodo de la guerra civil con el compromiso de construir una sociedad mas justa y defendiendo la autonomía de la universidad, luchando para que los hijos de los pobres, de los campesinos tuvieran acceso a la educación superior, pero también pario sus peores hijos que desde las instituciones del Estado masacraron a asesinaron y desaparecieron a muchos jóvenes que hasta hoy en día se les recuerda como héroes y mártires de la revolución salvadoreña.
Como no recordar las masacres de estudiantes perpetradas por la dictadura militar, como la de 1975, donde cobardemente fueron asesinados estudiantes universitarios que participaban en una marcha de protesta frente a las violaciones constante de los derechos humanos y la ocupación militar del Centro Universitario de Occidente.
La universidad durante muchos años estuvo en el ojo de la tormenta y su personal, sus estudiantes, sus estructuras y sus recursos fueron sometidos a fuertes tenciones. hacer criticas a las injusticias sociales le costo muchos atropellos, como supresión por parte del General Martínez de la autonomía de la UES, fusilo estudiantes y  persiguió universitarios, el coronel Lemus asalto la rectoría y mato universitarios, el coronel Molina ocupó militarmente las instalaciones de la Universidad por todo el periodo presidencial, ordenó la masacre del 30 de julio del 75, la junta de gobierno ocupó de 1980 a 1984, lo que obligo a la Universidad a funcionar en el exilio y negándose a morir.
Es importante destacar que las sociedades cambian y si el pasado de la UES, fue de represión ahora en el siglo XXI, el desarrollo tecnológico nos obliga a ponernos en sintonía con esos cambios, los jóvenes en la universidad traen nuevas culturas y comportamientos adoptados de una sociedad marcada por las reglas del mercado que los vuelve individualista, hedonistas, consumidores que se mantienen al margen de la realidad económica, política y social.  Este contexto nos exige nuevos desafíos, nuevos contenidos, didácticas y métodos de estudio que estimulen el desarrollo del pensamiento crítico. La visión transdisciplinaria adquiere mayor relevancia a la hora de estudiar los problemas locales, regionales, nacionales y planetarios, complejos y de alcance global.
Toda época como la actual exige procesos de producción de conocimiento mediante la formación profesional y procesos de gestión académica en momentos donde la comunicación genera procesos acelerados de información que provocan incertidumbre y desorientación inclusive en la educación superior. La universidad bajo esta realidad debe plantear algunas ideas de como revertir el impacto provocado por el modelo neoliberal, debe formar nuevas generaciones con una visión de crear un nuevo orden sociocultural basados en los principios de la universidad, democrática, popular, libre y humanista, es importante aportar mediante la experiencia académica hacia una contribución científica, cultural y tecnológica al proceso de humanización desarrollo y calidad de vida en la búsqueda  del bien común.
La universidad no puede seguir en un mundo asilado, valiéndose de su autonomía para no decir nada sobre los problemas mas sentidos por la sociedad salvadoreña, los nuevos desafíos en los procesos educativos orientados al aporte de la sociedad no pueden seguir estancados en las universidades del siglo XIX, con profesores del siglo XX y con estudiantes del siglo XXI, influenciados por el desarrollo tecnológico que demandan de nuevos procesos de formación y que pasan por la actualización del conocimiento.
En una conferencia impartida recientemente por el profesor Atilio Boron,  en un congreso sobre educación superior en Cuba, señalaba la importancia del papel de la universidad como centro de reflexión crítica de la sociedad, donde se fomente el debate y la critica social, en medio de sociedades en las cuales se enraíza el conformismo y la repetición de los dogmas aprendidos. El consumismo es una de la forma más grande del conformismo, pues se plantea que todo esta bien y lo que hay que lograr a nivel social es poder alcanzar un cierto nivel de consumo, aceptar mansamente las estrategias publicitarias y marketing, no solo en materia comercial sino también política. La pregunta seria si la universidad puede estar al margen de todo esto, la impresión es que no. Tenemos que estimular a aquellos que en las universidades piensan diferente, aquellos que se atreven a tener un pensamiento crítico y están dispuestos a desafiar las ideas dominantes. La universidad tiene que ser eso, un centro de reflexión critica.
El profesor Noan Chomsky señala sobre la desaparición de la carrera académica dentro de nuestras universidades, a lo cual señala como parte del negocio, es lo mismo que la contratación de temporales en la industria a los que los de Wall Mart llaman asociados, empleados sin derechos sociales ni cobertura sanitaria o desempleo, a fin de reducir costes laborales e incrementar el servilismo laboral. Cuando las universidades se convierten en empresas, como ha venido ocurriendo harto sistemáticamente durante la ultima generación como parte de un asalto neoliberal general a la población, su modelo de negocio entraña que lo que importa es la línea de base. Los propietarios efectivos son los fiduciarios, quienes quieren mantener los costos bajos y asegurarse que el personal laboral es dócil y obediente. Y en substancia, las formas de hacer eso son los temporales. Asi como la contratación de trabajadores temporales se ha disparado en el periodo neoliberal, en las universidades estamos asistiendo al mismo fenómeno.
Esta realidad planteada por Chomsky es notable en la Universidad de El Salvador, en los últimos tiempos se mantiene una cantidad de profesores contratados bajo la figura de servicios profesionales, medios tiempos, interinos, cuartos de tiempo, tres cuartos de tiempo, en detrimento de los procesos de formación de los estudiantes, ya que estos solo logran tener contacto con sus profesores en los momentos que les imparte la clase, posteriormente no hay espacio de asesoría y de seguimiento del proceso de formación, el profesor no siete mayor responsabilidad, pues existe una precarización laboral y su permanencia en la universidad es corta en relación al tiempo.
En los momentos donde los sociedad enfrenta grandes desafíos producto del cambio tecnológico, de los problemas sociales, profundización de la pobreza, calentamiento global, guerras, la universidad no puede continuar al margen del desarrollo histórico, los retos de producir pensamiento crítico se aceleran, la necesidad de fundamentar sus carreras bajo el pensamiento crítico es urgente. No se debe continuar de espaldas a los problemas de la sociedad, para ello es indispensable que los profesores jóvenes asuman el reto y la renovación generacional de la planta académica se convierte en el reto más cercano, debemos recuperar el compromiso histórico de la UES con las grandes mayorías que hoy en día demandan mayores oportunidades de formación profesional.
La UES, sigue teniendo un déficit con la sociedad salvadoreña en las áreas de investigación y  proyección social, esto se da por dos razones primero por la falta de visión institucional de estimular los procesos de formación de investigadores y apoyo económico que permita impulsar los procesos de investigación y segundo también existe un letargo académico  y falta de voluntad de sus profesores en impulsar de manera particular la investigación, a los estudiantes solo se les enseña  a investigar haciendo investigación. En un estudio realizado en una facultad de la Universidad en el 2015, se refleja que más del 95% de sus profesores no hacen investigación y no cuentan con publicaciones.   

Si bien es cierto contamos con uno de los presupuestos mas bajos en relación a los países de América Latina. Muchas universidades inclusive de la región centroamericana nos aventajan en los procesos de formación y especialización de sus profesores, nosotros contamos con menos profesionales con posgrados como maestrías y doctorados porque las condiciones de estudio son altamente costosas y los salarios no corresponden para poder pagar los costos de una especialización. Y no podemos exigir mayor presupuesto de parte del Estado si no proporcionamos resultados en el que hacer científico.