miércoles, 23 de marzo de 2011

El Salvador en la Agenda de la Política Exterior de  Washington
Rudis Yilmar Flores Hernández
Sociólogo, Profesor de la Universidad de
El Salvador, San Miguel, C.A

El anuncio de la visita de Obama a distintos países como Brasil, Chile y El Salvador se dio a conocer en un evento de gran trascendencia política, en el informe anual del  presidente Obama al congreso Bi-Cameral de los Estados Unidos
Es promisorio que Obama y sus analistas diplomáticos hayan escogido estos tres países como emblemáticos y con algún tipo de representatividad en la región y  no otros países que se convirtieron en aliados estratégicos como Colombia o países que conformaron nuevos tipos de gobiernos como Argentina.
Estos  tres países tienen un pasado de dictaduras crueles y torturadoras que contaron con el patrocinio de gobiernos anteriores de Estados Unidos: Pinochet en Chile, la dictadura militar de Brasil y la larga dictadura de El Salvador por la que hubo guerra civil. Y los tres países han recorrido de manera diferente la construcción de nuevos modelos de sociedad que los llevaron en todo caso a enfrentar procesos democráticos arrastrando el lastre de su pasado.
Es de reconocer que los presidentes salvadoreños en su pasado histórico han tenido formas de congratularse con  los representantes del imperio, Napoleón Duarte, besó la bandera de Estados Unidos mientras era presidente de  El salvador, el presidente  Francisco Flores dijo que  su mayor orgullo era que GW. Bush lo hubiese llamado amigo. (Como si en política hubiesen amigos), el actual presidente Funes dijo en su discurso Inaural que uno de sus referentes políticos era Obama. Sin duda el estilo más exitoso con relación a otros gobiernos de la región ha sido el del presidente Funes, pues Obama  anunció con la visita a  El Salvador y los demás países un punto de inflexión en la  historia de las relaciones interamericanas.
Es importante  reflexionar sobre los parámetros que fija Obama en su discurso: su gobierno quiere socios  que asuman responsabilidades en  materia de seguridad, y narcotráfico el presidente Funes ha resultado ser el aliado más fiel al imperio  en la región centroamericana, al manejar su política exterior condicionada a Washington y a los organismos financieros internacionales como el Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo y al Fondo Monetario Internacional.
Desde  la llegada de  Funes al poder en el 2009, vanaglorio los “valores democráticos” del presidente  Obama que continua arremetiendo con la guerra en Irak y Afganistán, ampliando su política guerrerista para América latina, contra el pueblo de Venezuela, la implementación de bases militares en Colombia  y Panamá, la ocupación militar en Haití, El desembarco de tropas en Costa Rica y el pasado golpe de estado  de Honduras en junio del 2009,
Esta  gira se convierte en la primera del presidente Obama por América Latina desde que asumió la Casa Blanca se da coincidentemente cuando se cumplen 50 años del lanzamiento de “Alianza para el Progreso” por el gobierno de Kennedy después del gane de la revolución cubana, con la intención de contrarrestar el avance de los movimientos revolucionarios en la mayoría de los países latinoamericanos  y difundir la ideología dominante del capitalismo, en El Salvador  se instalaron televisores en las escuelas públicas donde se busca socializar los modelos económicos imperantes, se puso en marcha un programa de alimentación a los niños y se comienzan a desarrollar las famosas experiencias de planificación impulsadas por la CEPAL.
La visita de Obama a estos países ha generado reacciones que van desde crecientes expectativas, hasta la duda con respecto a sus verdaderas intenciones.  En la V Cumbre de las Américas  en Trinidad y Tobago en el 2009, expresó: “yo no vine a discutir sobre el pasado si no para pensar en el futuro, como vecinos tenemos la responsabilidad de confiar en nosotros “.  Ante estas palabras es válido preguntarse ¿porque los pueblos latinoamericanos y caribeños deben seguir confiando en su vecino después de dos siglos de políticas de expoliación y de agresiones?¿“ Contemplarán cambios de fondo estas nuevas alianzas” o será solo una retorica cautivadora cargada de promesas?
Hasta el momento, el actual gobierno estadounidense mantiene los mismos intereses estratégicos de sus antecesores sobre América Latina y el Caribe, dirigidos a mantener el acceso y control sobre los recursos naturales, el acceso a las fuentes primarias de energía, el dominio de los mercados, la preservación del sistema de colonización ideológico cultural y la contención de los procesos revolucionarios que pretendan desafiar las bases fundamentales de su hegemonía. Mantiene intacto el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba; continúa la hostilidad contra la República Bolivariana de Venezuela; legitimó el golpe de Estado en Honduras e instalan siete bases militares en Colombia.
Lo relevante de la gira de Obama  es su visita a Brasil, considerada como la octava economía del mundo  y  que desplazó a Estados Unidos en el liderazgo de Sudamérica. Brasil junto a otros países como la India, Rusia y China  conformaron  el BRIC, como las nuevas potencias emergentes que pujan por un papel más preponderante en el establecimiento de un mundo multipolar.
En el caso de El Salvador se trata de una visita de cortesía al presidente Funes, recordemos que  los presidentes anteriores permitieron el establecimiento de una base de monitoreo en el Aeropuerto Internacional de Comalapa y enviaron contingentes de tropas a apoyar la intervención militar en Irak, en tonces existe una manera de congraciarse con el actual gobierno que es el principal aliado en Centroamérica para la lucha contra el narcotráfico y el que promueve  el  reconocimiento ilegal de Porfirio Lobo  y la reincorporación de Honduras a la Organización de Estados Americanos (OEA), el consentimiento regional a la militarización de Costa Rica, donde tiene desplegado 46 buques de guerra y 11,000 marines, que en la lógica de los gringos son para reforzar la lucha contra el narcotráfico.
Las  alianzas entre Estados Unidos  con los gobiernos de la derecha salvadoreña  en el pasado reciente se cristalizaban en la lucha contra el comunismo y el terrorismo, mientras que  ahora el gobierno del cambio quiere una “alianza contra el narcotráfico, para el desarrollo social y el crecimiento económico, aun cuando esto implique  someterse a la política exterior de Washington. La única manera creíble de comenzar a forjar nuevas alianzas es iniciar el desmontaje del sistema de dominación hemisférica, de lo contrario, retórica y promesas serán la base de la Alianza.
Obama visita El salvador  también por dos cosas en particular, primero asegurarse que con los cambios políticos  no se pongan en riesgo la base militar en Comalapa, donde funciona el denominado “Centro de Monitoreo Antinarcóticos”, que es un puesto de observancia satelital conectado con las bases militares en Colombia y segundo el funcionamiento de la academia internacional de cumplimiento de la Ley conocida por sus siglas (ILEA), que es una base de entrenamiento policial, considerada como una versión maquillada de la escuela de las Américas, que entreno a los jefes militares mas criminales que condujeron las dictaduras militares de los pueblos latinoamericanos.
Y como era de esperar al igual que en Brasil, Chile y en El Salvador  Obama recibió manifestaciones de protesta contra su presencia, en el caso nuestro también los movimientos sociales tenían su agenda  que tiene que ver con intereses nacionales.
Representantes del movimiento social salvadoreño entregaron a un diplomático de la embajada de E.U una carta que contenía una serie de peticiones en la cual exponían que la crisis económica global, el cambio climático, el narcotráfico, la inseguridad y la crisis alimentaria tiene su origen en un modelo económico impuesto a nuestros pueblos por las grandes potencias mundiales, principalmente los Estado Unidos. Le  exigen a Obama  que asuma responsablemente lo que le corresponde ante las consecuencias que eso males provocan en nuestros pueblos.
Entre otras cosa le solicitan la legalización de compatriotas trabajadores y el pleno respeto a sus derechos humanos como migrantes. Cese las deportaciones ya que en el 2010 fueron deportados casi 20,000 salvadoreños de E.U, respeto a nuestra soberanía, Rechazo a  toda intromisión a nuestro proceso democratizador.   Esperando que las ayudas del gobierno de Estados Unidos hacia nuestro país respondan a las necesidades y prioridades de las grandes mayorías de nuestro pueblo, que contribuyan a superar el actual modelo de consumismo  y a construir nuestra capacidad productiva, sin que ello implique condicionamientos de ninguna especie ni sirvan a agendas políticas encubiertas, como lo experimentamos en el pasado, por ejemplo con la alianza para el progreso. En  este contexto es necesario también el  respeto al derecho de nuestro pueblo a establecer relaciones políticas, económicas, diplomáticas y culturales con cualquier nación del mundo y de relacionarse con iniciativas tales como el ALBA,  y que las relaciones entre Estados Unidos y El Salvador estén basadas en el respeto a la soberanía de nuestro pueblo y el respeto pleno a los derechos humanos. Y que no tengan como base solamente las leyes del mercado.
      La visita de Obama coincide también con la celebración del 31 aniversario del martirio de Monseñor  Oscar Arnulfo Romero, quien es y seguirá siendo pastor del pueblo pobre y el San Romero de América aun cuando el Vaticano se resiste a canonizarlo.  Hay que entender que la tumba de Romero y su martirio tienen un valor simbólico, es decir, Mons. Romero representa a todas las víctimas inocentes del período de la guerra civil salvadoreña.
La visita de del presidente  del imperio a la tumba de monseñor  no resulto ser más que un acto meramente político ya que no contempló pedir perdón por haber financiado una guerra con más de un millón de dólares diarios y que en sus bases militares tanto en el comando sur de panamá, en la Escuela de las Américas  se entrenaron militares y batallones que masacraron al pueblo salvadoreño  y que también asesinaron  al profeta.

Referencias

http://www.elfaro.net/es/201101/opinion/3440/


jueves, 3 de febrero de 2011

EL SALVADOR 2011: LA SEGURIDAD PÚBLICA UNA  DEUDA  PENDIENTE DEL GOBIERNO DEL CAMBIO.
Rudis Yilmar Flores Hernández
Sociólogo, Profesor de la Universidad de
El Salvador, San Miguel, C.A
El tema de la seguridad pública en El Salvador sigue manteniendo al igual que años anteriores mucha connotación y relevancia en los medios de comunicación, principalmente porque ahora se trata de ver como el gobierno de Mauricio Funes que llegó al poder político en el 2009 por el partido de izquierda el  FMLN, enfrenta el fenómeno delincuencial que se traduce en una herencia del pasado y de una deuda pendiente de los  acuerdos de paz que pusieron fin al conflicto armado en El Salvador y que no resolvieron los problemas estructurales que  lo generaron, como la exclusión social, la pobreza etc.
Los datos en materia de seguridad pública con relación a la disminución de la violencia en El Salvador son poco alentadores en relación a años anteriores gobernados por ARENA el partido de derecha, pero la realidad es que el país lleva más de 10 años de no salir del pantano de la criminalidad. Estadísticas nacionales e internacionales lo ubican entre los más peligrosos, violentos y criminales del mundo; incluso, se compara y llega a superar a naciones en conflictos bélicos como el caso de Irak, Afganistán.
De acuerdo a datos del Instituto de Medicina Legal (IML) de 2009 el Salvador, que vive un proceso inconcluso de democratización  tiene una tasa de homicidios de 76.2 por cada 100.000 habitantes (2009), mientras que Irak que vive un conflicto armado desde la invasión de Estados Unidos y es considerado el país más violento del mundo, tiene una tasa de asesinatos de 89 por cada 100.000 habitantes  (promedio entre 2003 y 2009).
Pese a esta realidad  Irak  refleja una disminución en los homicidios durante el 2010 según datos de la ONG Body Count  (IBC) que reporta 3,976 civiles muertos en episodios violentos.
Según el estudio “Mapa de la Violencia: Los jóvenes de América Latina” publicado en el 2008 por la Red Información Tecnológica Latinoamericana (RITLA), detalla que este país de  Centroamérica   ocupa el primer lugar de homicidios de jóvenes a nivel latinoamericano.
El Salvador tiene una tasa de homicidio  de jóvenes  de  92.3 por cada  100.000, muy superior a Colombia (73,4), Venezuela (64.2), Guatemala (55,3) y Brasil (51;6).
Pero también no solo es el más violento de América Latina y está entre los países más violentos del mundo, sino que también lidera  la tasa  de feminicidios o asesinatos de mujeres  a nivel mundial.
De acuerdo a la informe de Estado de la Población mundial  2010, del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) este país tiene una tasa de feminicidios 129,46 por millón de mujeres, lo que otorga el deshonroso primer lugar a nivel mundial.
La violencia no solo es grave por el número de muertes que ocurren cada día o el número de delitos que se registran diariamente, si no por las manifestaciones que adopta esta  violencia  que afecta a la población. Lo observamos claramente en los reconocimientos de Medicina Legal que evidencian cada vez más los cadáveres  con señales de torturas.
Esta  criminalidad que vive  El Salvador revela una grave crisis, una descomposición social a la que le han llevado las administraciones del  partido, Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), con la implementación del Modelo Neoliberal desde 1989, que condujeron a profundizar los niveles de pobreza.
Si recorremos rápidamente los últimos cuatro años existe un crecimiento permanente de los niveles de criminalidad, es así que para el año del  2007 se registraron 3,497 homicidios, en el 2008 existe una leve disminución ya que se reportan 3,179, en el 2009 el número de homicidios fue 4 mil 365, cifra que preocupo a las autoridades policiales  ya que desde la firma de los acuerdos de paz, en enero de 1992, la cifra de homicidios nunca había sido tan elevada.
La violencia se recrudece cada día y en los últimos cuatro años  las estadísticas de la policía nacional civil, fiscalía general de la república y medicina legal, consideran que existe un elevado e incontrolable índice de delincuencia que a pesar de los planes mano dura y súper mano  dura implementados por el gobierno de Francisco Flores (1999-2004) Y Antonio Saca (2004-2009) y el endurecimiento de las leyes  no han tenido éxito.
Las políticas de “manos duras” sirvieron únicamente para elevar los niveles de impunidad, hicieron más compleja y profesional a  las pandillas. Es decir antes de entrar en vigencia dichos planes no se perfilaban como estructuras delincuenciales armadas y organizadas y vinculadas al narcotráfico. Las pandillas se fortalecen y se institucionalizan en el marco de las políticas de seguridad. 
A corto plazo no se vislumbra que la violencia se resuelva si se sigue concibiendo que esta es un problema de seguridad y se olvidan los grandes problemas estructurales que  ampliaron la brecha entre ricos y pobres, que propiciaron una guerra de doce años, que obligaron a tantos salvadoreños a emigrar a distintas partes del mundo. Mientras las   políticas públicas no estén enfocadas desde una generación de derechos y se siga enfocando la violencia  desde un enfoque de seguridad  las autoridades de seguridad pública seguirán pensando en más policías, cárceles y más endurecimiento de las leyes lo cual las convertirá en un fracaso.
Actualmente El Salvador supera a países como México (que enfrenta una guerra con grupos de narcotraficantes) y Colombia (que vive un conflicto bélico) en el número de homicidios.
Si bien las  autoridades de Seguridad Pública sostienen que existe una baja en los homicidios con respecto al 2009, durante el 2010 se registraron diversos hechos violentos que sorprendieron a la comunidad nacional como internacional. El más significativo es el registrado el 20 de junio de 2010, donde miembros de la pandilla 18 interceptaron un bus de la ruta 47 y lo incendiaron con los pasajeros a bordo, muriendo calcinadas 17 personas
En la gestión del nuevo gobierno se han implementado una serie de planes  que no terminan de ser medidas de carácter paliativas. En el 2010  el ministro de justicia Manuel Melgar reconoció le gravedad de la situación delincuencial sin embargo sostenía que para el 2011 podría haber una reversión con la implementación de nuevos planes, cosa que la sociedad no termina de digerir.
Durante el 2010 se implementó La Política Nacional de Justicia, Seguridad Pública y Convivencia que se fundamenta en cinco ejes. El control de la Represión de delito es el primero y que involucra la Fiscalía, la Procuraduría General con sus defensores públicos, La Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos  y el sistema judicial en su conjunto. Esta estrategia se complementaría con el control del territorio a partir de tres acciones: crecimiento policial, 2500 nuevos policías, el apoyo de la Fuerza Armada que consistió en el despliegue de más de 12 mil efectivos militares desempeñando tareas de Seguridad Publica, incluyendo el control de los centros penales con el objetivo de contrarrestar   toda la red delincuencial que funciona con la complicidad de los custodios de centros penales. y también se estableció la aplicación del régimen de disponibilidad consistente en la ampliación de la jornada laboral de los policías.
Estos planes terminarían de configurarse en  2011, también estipulan establecer lazos entre las instituciones que tienen que ver con la seguridad local, y con otras policías de la región centroamericana y con organismos de Estados Unidos con quien se firmó un acuerdo para la instalación del Centro de Escuchas Telefónicas.
Es fundamental entender por donde va el plan de seguridad, aun cuando comparamos el 2009 con el 2010, las autoridades muestran un nivel de satisfacción con la reducción de un 9%  en la tasa de homicidios, más allá de este porcentaje el país continúa en un espiral de violencia que se ve dinamizado por el accionar del narcotráfico  y las narco pandillas que cada día perfeccionan las mas atroces formas de asesinatos, extorciones,  consumo  y venta de drogas.
El  comienzo del 2011 no termina de ser alentador ya que el mes de Enero cerró con un total de 346 muertes violentas, 44 menos que el mes de Diciembre del 2010, sin embargo el gobierno anuncio nuevos planes como la implementación de un nuevo sistema 911 para atender emergencias, integrara un call center, nuevas instalaciones, mas equipo y una nueva flota vehicular, se ejecutara, plan de video-vigilancia en las principales zonas de la capital, se contara con un nuevo sistema de recepción de denuncias, crearán los observatorios de conducta policial, instalación de cámaras en los centros penales y bloqueo de teléfonos celulares.
Después de dieciocho meses de gobierno de Mauricio Funes   se continúa con una visión de atacar el problema de seguridad, mientras la población sigue pagando un alto costo en vidas humanas y experimentando las condiciones que incrementan los niveles de pobreza, se sigue sin encontrar una salida integral a dicho problema.