EL SALVADOR: UN PARTIDO EN DESCOMPOSICION, UNA CLASE
EMPRESARIAL EN DECADENCIA, Y UN PROYECTO ALTERNATIVO DE DESARROLLO.
ARENA Principal Instrumento
Político de la Oligarquía
Rudis Yilmar Flores[1]
La historia del pueblo salvadoreño después de los 191 años de independencia de
la corona española estuvieron muy ligados a la consolidación del bloque de
poder hegemónico representado hasta la década de los años 90 del siglo XX por
la oligarquía cafetalera y en los años posteriores el afianzamiento de la
oligarquía financiera que durante los últimos 20 años desde la llegada de
Alfredo Cristiani en 1989, Armando Calderón Sol 1994, Francisco Flores,1999 y
Antonio Saca 2004 mantuvieron el poder político del Estado, permitiéndoles impulsar el modelo neoliberal
que condujo al país a niveles apremiantes de pobreza.
Durante gran parte de la historia los oligarcas han
tenido aliados estratégicos para ejercer su dominio político, los militares por
más de 60 años a través de los golpes de
Estado, la represión y las masacres,
consumaban el poder y posteriormente después de la mitad del siglo XX contaron
con el apoyo del Partido de Conciliación Nacional cuya característica era las
alianzas con los militares para fraguar los golpes de Estado y los fraudes
electorales. Es notable que en momentos de particular intensidad de la lucha
social estos instrumentos políticos se desgastaran frente a la población y la
derecha tenía que recomponerse, es así que en la década de los 80 surge Alianza
Republicana Nacionalista, (ARENA) fundada
por el mayor Roberto Dabuison, máximo
representante de los escuadrones de la muerte y defensor de los interese de la
clase empresarial.
Alrededor de este partido se fueron configurando
bloques de poder hegemónico a partir de
un conjunto de núcleos familiares empresariales que se vinculan entre sí a
través de una serie de relaciones familiares y que mantienen además, intereses
económicos comunes al controlar conjuntamente empresas importantes de la
economía nacional
Todos estos bloques al interior siempre cuentan con
un líder que proyecta su liderazgo en distintas áreas de la realidad nacional,
gobierno, partido oficial, gremiales empresariales, centros de pensamiento,
etc. Lo cual conlleva a una lucha interna por el poder en la toma de decisiones
de cómo deben estar repartidos los cargos públicos en el gobierno y el tipo de
funcionarios que deben abanderar la lucha
para mantener vigentes los
intereses del sector empresarial.
En el proceso
electoral del 2009 todos los
bloques estaban preocupados por sostener
el poder político, mas y cuando cargaban con un alto grado de rechazo a las
políticas neoliberales implementadas por los gobiernos de ARENA de parte de la población.
Esta preocupación
generó toda una disputa en la
selección del candidato que debía competir para ganar las elecciones
presidenciales del 15 de Marzo del 2009. En este contexto comenzaron a surgir
candidatos de cada bloque empresarial, por ejemplo en el caso de los Halcones
representado por los empresarios industriales y los banqueros, su candidata era
Ana Vilma de Escobar vicepresidenta del
país en el periodo de gobierno de Antonio Saca (2004-2009) y actualmente
diputada de Alianza Republicana Nacionalista (ARENA).
Por el sector de los apóstoles a quienes se les conoce como los fundadores
fue propuesto Hugo Barrera un empresario. Por el sector de los torogoses que son el grupo empresarial dueños de los
medios de comunicación tanto escritos, televisivos y radiales los representaba
Francisco Laínez ex canciller de la república en el periodo de Saca. Y el grupo
de los palestinos que es un grupo de empresarios de descendencia Palestina al
cual pertenece el ex-presidente de El
Salvador Antonio Saca.
Este grupo tuvo una ventaja muy amplia sobre los
demás ya que después de tener el control del ejecutivo también Saca era el presidente del Consejo Ejecutivo de
ARENA y por lo tanto tuvo mucha
influencia en la elección interna del
candidato presidencial que dicho partido realiza. Al finalizar la elección fue
elegido el candidato de los palestinos
Rodrigo Ávila, muy cuestionado por su papel como director de la Policía Nacional Civil y sufriendo la derrota electoral en marzo de
2009 sin poder hasta la fecha recomponerse de la pérdida del ejecutivo en manos de la clase empresarial.
La derrota de ARENA 15 de marzo de 2009, trajo consigo una de las
peores crisis en la historia de este partido político. La cobertura mediática
ha sido amplia e incisiva porque, después de todo, parece una epidemia de nunca
acabar. ARENA gobernó desde 1989 hasta finales de mayo de 2009. Durante su
mandato también controlo el parlamento desde el cual dolarizo la economía,
impulsó los tratados de libre comercio y generó los procesos de privatización
de los bienes públicos del Estado salvadoreño.
Es
de mencionar que las circunstancias post electorales dificultaron la
reestructuración que naturalmente procedía del COENA, hasta entonces presidido
por el candidato presidencial Rodrigo
Ávila. Finalmente el bloque de Alfredo Cristiani encuentra un consenso para ser
nombrado presidente y lo facultaron para que seleccionara al equipo que lo
acompañaría en el organismo rector del partido.
Al
tomar posesión los diputados el 1 de mayo de 2009, el COENA tuvo dificultades para
determinar quién sería el jefe de fracción, seguramente resultado de lo que se
veía venir, un descontento por la configuración de la dirección del partido. Poco
después 23 de los 32 diputados de ARENA piden en una carta dirigida al COENA
que se reconozca su derecho de participar en la dirigencia del partido. Dicho
organismo les niega su gestión argumentando que no puede haber duplicidad en
los cargos de diputado y dirigente.
Es importante definir que producto de esta crisis
se configuro un escenario político completamente distinto ya que marco el rumbo en la correlación de
fuerzas en la Asamblea Legislativa que se torno favorable en la aritmética para el Frente
Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), logrando conformar un bloque con los
disidentes de ARENA, Partido de la Esperanza y el PCN que por ahora le permiten aprobar decretos muy
importantes como la ley de medicamentos que regula a partir del mes de abril de
2013 los precios de los medicamentos y
propicia un duro golpe a las farmacéuticas que se han enriquecido a costa de la
salud de los más pobres. También entre otras leyes importantes se encuentra el
decreto legislativo que facilita el voto en el exterior lo cual pasa hacer un derecho
importante para la diáspora salvadoreña que viven en Estados Unidos y Canadá, que
durante varias décadas se han convertido en una inyección considerable para la
economía salvadoreña al enviar en remesas más de 4 mil millones de dólares
anuales. Con este decreto no solo se reconoce el derecho como salvadoreños si
no que también la relevancia que tienen
para la economía salvadoreña y de una
cantidad de familias que construyen diariamente nuevas condiciones de vida
después de los estragos causados por el modelo neoliberal.
A
menos de un año de celebrarse las elecciones presidenciales del 2014 las
divisiones internas siguen estremeciendo no solo al partido de derecha si no a
la clase empresarial ligada ha dicho instituto.
Los
tecnócratas contratados siguen anclados en la guerra fría y su lucha ideológica
se fundamenta en fomentar el miedo contra el comunismo y países como Venezuela
y Cuba, en contraposición la población asume madurez y se expresa en los
procesos electorales dándole considerables cuotas de poder a la izquierda que
por ahora a propiciado cambios significativos en beneficio de los sectores
históricamente olvidados por los modelos excluyentes de derecha.
Una Oligarquía Salvadoreña
en Decadencia y un Proyecto Emergente.
El
Salvador se caracterizó durante décadas por ser un país eminentemente productor y
exportador de materia prima tales como el algodón, el henequén, el café, la
caña de azúcar y de productos agrícolas como el maíz, frijoles y cereales, en
la mayoría de los casos se trataba de una economía regulada por la
participación del Estado y que aun estando en manos de la clase terrateniente
se mantenía en vigencia el modelo societal
ya que la mayoría de instituciones públicas eran manejadas por el poder
estatal.
Claro
está que durante más de un siglo los
oligarcas construyeron un poder político y económico de la estructura
salvadoreña que les permitía consolidar su dominio ya sea a través de los procesos de expropiación y de acumulación de
cantidades de riqueza en detrimento de las condiciones de la clase trabajadora
mediante la concentración del poder del Estado que obedecía a sus intereses
bajo la complicidad de las dictaduras militares que hasta la finalización del
conflicto armado con los acuerdos de paz en 1992 dejaron de ser los guardianes
de los intereses del bloque oligárquico.
Esta
concentración de poder en pocas manos y la excesiva acumulación de riqueza por
las 14 familias y la indiferencia a los problemas sociales de grandes masas de
población se tradujeron en los detonantes de las inmensas formas de lucha de
los campesinos, estudiantes, obreros, por la conquista de mejores condiciones
de vida tanto en el campo como en la
ciudad. Esta forma de lucha propició por parte de los terratenientes el más
cruel genocidio que se materializa en masacres como la de 1932, donde
asesinaron a más de 30 mil campesinos y muchas más perpetradas durante el
conflicto armado durante la década de los 80 del siglo pasado.
La
guerra civil fue la expresión del cierre de los espacios democráticos, y los
años 60-70 y 70-80 marcan las
condiciones de una guerra prolongada que culmina con los acuerdos de paz en
1992, que no lograron resolver los problemas estructurales como el tema
económico y social, llevando al país
durante los últimos 21 años a un nivel de polarización bajo el enfoque
neoliberal que invisivilizo el papel del
Estado, depositándolo en manos de la clase empresarial, generando procesos de
privatización de las instituciones públicas y dejando un Estado incapaz de
poder actuar sobre su economía.
Con el acenso de la clase
empresarial al poder en 1989, se comenzó
a implementar el modelo neoliberal, con una serie de medidas que comprendían el
debilitamiento de las funciones del Estado por creer que era un mal administrador y entorpecía el
desarrollo de la sociedad, de aquí que la presión neoliberal de empequeñecerlo para
hacer recaer el control y el poder económico de la sociedad a la clase
empresarial reduciendo a la clase política al marco jurídico y de “seguridad”
El Salvador experimenta,
sin duda alguna, los efectos de la
globalización deshumanizante, marcada por el crecimiento económico, el
desarrollo tecnológico, la expansión comercial, el predominio del mercado que
cambio de manera radical la forma de vida y la cultura de los salvadoreños,
propiciando el individualismo y el hedonismo.
El modelo neoliberal está agotado, la
población pagó el costo de su implementación, se vendieron los bienes públicos
que podían generar ingresos a las arcas
del Estado, tenemos una deuda externa de más de 11 mil millones de dólares, más
de dos millones de salvadoreños que viven en Estados Unidos y que le inyectan a nuestra economía más de 4 mil
millones de dólares anuales.
Sin embargo hoy en día
experimentamos como país un giro estratégico después del triunfo del FMLN en
las elecciones presidenciales del 2009, se abren nuevos horizontes en materia
de inversión que incomodan los intereses de la derecha empresarial.
El surgimiento del ALBA
como contraposición al fallado esfuerzo de los gringos de crear un Área de Libre Comercio para las Américas,
genera expectativas para la mayoría de los países latinoamericanos en una nueva
era de relaciones comerciales, de respeto mutuo entre los pueblos y en materia
de cooperación económica y social.
A
pesar que El Salvador no es miembro permanente de la Alianza Bolivariana para
los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y por la importancia de las relaciones que
tiene el presidente Chávez con el Frente Farabundo Martí para la Liberación
Nacional (FMLN), dan como resultado
programas como la Misión Milagro que ha
contribuido a que más de seis mil
salvadoreños fueran operados de
problemas de la vista de manera gratuita en la Republica Bolivariana, el
recibimiento de ayuda en caso de desastres naturales y el convenio de
exportación de crudo a través de
ALBAPETROLEOS con precios preferenciales. Alba Petróleos de El Salvador es la síntesis del nuevo concepto de
cooperación entre los pueblos, enmarcada en El ALBA y PETROCARIBE. En él
concurren la visión de futuro del Estado venezolano en Concreción de los sueños
de Bolívar y Martí por la integración y la Unidad de América Latina.
A
partir de febrero de 2012 se impulsa
Alba Alimentos de El Salvador que es un proyecto con el objetivo de beneficiar a los
agricultores, a través de financiamiento, insumos y comercialización. La
empresa tiene el objetivo de reactivar 100 mil manzanas de tierra a escala
nacional.
Alba
Alimentos se convierte en ayuda a los
campesinos salvadoreños, y su proyección es reactivar la agricultura, la cual fue lacerada
y esterilizada por el partido ARENA. El programa de Alba Alimentos consiste en
la entrega de semilla, agroquímicos, entre los que podemos mencionar el sulfato un agroquímico tan vital para el
cultivo del maíz y del frijol. Este programa es canalizado a través del FMLN
con la ayuda del Gobierno Bolivariano de Venezuela presidido por el presidente
Hugo Chávez Frías. Con este proyecto se está logrando que el campesino pueda sembrar la tierra y elevar
los niveles de productividad.
La cooperación de países como Venezuela
permite el desarrollo e intercambio entre
los pueblos de nuestra América, y la alternativa de consolidar un modelo
alternativo de desarrollo que tenga como base al ser humano y la preservación
de los recursos naturales para las sostenibilidad de las futuras generaciones.
En
lo que va del 2013, un año preelectoral de cara a las elecciones
presidenciales del 2014 la Asociación de
la Empresa Privada y su instrumento político ARENA han desatado una campaña
contra ALBA negocios, acusándola de competencia desleal por los precios preferenciales
que tiene por ejemplo los frijoles y el maíz para los pobres, contradiciéndose
con las reglas del libre mercado que ellos mismos impusieron con el modelo
neoliberal.
Ahora
no se trata de si le gusta o no a la
empresa y si acusa a ALBA de lavado de dinero o si atenta contra los intereses
de los monopolios o las transnacionales, el país entró en una nueva fase donde la población
comienza a madurar sobre los beneficios
que este tipo inversión le genera, lo manifiestan los pequeños productores que
le venden sus cosechas a ALBA alimentos, que tienen mayor remuneración
económica y las posibilidades de mayor inversión en la reactivación de la agricultura
desaparecida en los 20 años de gobiernos de ARENA.
Estamos
frente a una inversión privada con contenido social que trastoca la vieja
estructura de poder económico, político y social, favoreciendo el surgimiento
de nuevos grupos empresariales con visiones políticas que coadyuvan los pesos y
contrapesos que necesita la democracia.
Los
tecnócratas contratados por la ANEP se quedaron anclados en el pasado con una
vieja campaña de miedo a la población y que no les está dando resultado, En los últimos 15 años América Latina experimenta cambios
cualitativos que se expresan en la continuidad y en la madurez de los
ciudadanos de ser parte de los cambios que tienen a su base la opción
preferencial por los pobres.
[1]
Profesor Investigador de la Universidad de El Salvador ( Facultad
Multidisciplinaria oriental, San Miguel), Miembro del Comité Directivo a la
Asociación Latinoamericana de Sociologia, Miembro de la Red de Investigadores
para la Democracia y la Paz.